La mayoría de las oposiciones del Grupo A incluye al menos un ejercicio oral. Incluso algunas como la Carrera Judicial y Fiscal consisten en la realización de dos pruebas orales.
Sin duda, su preparador se marcará las pautas que debe seguir, a la vista de sus circunstancias personales.
La mejor forma de preparar este examen es mediante la simulación, es decir, exponiendo («cantando») los temas durante la preparación.
Como sabe, un Centro serio de preparación otorga importancia capital al «cante» de los temas, porque son una simulación de la situación del examen, en la que el preparador no sólo escucha, sino que también planifica, comenta, critica, corrige y anima.
A criterio del preparador, a veces es conveniente escuchar a sus propios compañeros, una o dos veces al mes, de similar nivel e incluso que le escuchen distintos preparadores.
Queremos ofrecerle algunas sugerencias de gran utilidad:
1.ª Apóyese en su preparador. La relación entre preparador y opositor es, en este caso, más personal que nunca. El opositor, en general, tiende a sentirse solitario, incomprendido e inseguro ante el reto que tiene por delante. Pues bien, esos sentimientos se acentúan cuando debe superar un examen oral. Ejercicio de corta duración que, si sale mal, desmotiva mucho al alumno, el cual comenzará a dudar si será capaz de memorizar tan gran cantidad de temas.
Su preparador va a procurar que no le venza el desánimo y que no abandone la oposición. Él, además de corregir su «cante» de los temas, estará atento a cualquier factor de índole personal, familiar o social, para acertar en sus recomendaciones. Por lo tanto, no considere a su preparador como a una persona que está allí para aguantarle durante unos quince minutos. Al contrario, mírele como a un buen profesional que se encauzará adecuadamente en el aspecto técnico, y como
a un compañero (e incluso un amigo) al que le importa su vida personal, familiar y social, en cuanto inciden en el equilibrio que necesita para superar este examen. Esta confianza recíproca es básica para obtener su mejor rendimiento.
2.ª No corra demasiado. Al principio de la preparación, la calidad de los temas «cantados» es más importante que la cantidad. Si pretende correr más de lo que puede, no conseguirá nada. Una buena asimilación del temario en la primera vuelta le dará una gran seguridad para las siguientes.
Reflexione sobre esto: la exposición oral tiene una técnica formal específica, que debe aprender primero y dominar después. Asimilarla es lo prioritario al comienzo.
3.ª No se agobie. Es corriente preguntarse al principio si «voy a ser capaz de meterme todo ese temario en la cabeza». Recuerde lo que le hemos aconsejado: márquese objetivos próximos. O sea, no se obsesione con el número de temas; simplemente, vaya preparando temas, al ritmo que marque su preparador. Poco a poco verá cómo se va acercando al final.
4.ª Estudie con técnica. Al principio es conveniente que estudie pregunta por pregunta y que la «cante» con cronómetro, de forma acumulativa, para –al final- recitar todo el tema. Cuando, sin ayuda, consiga exponer el tema de seguido y en tiempo, podrá decir que ya se lo sabe. Mientras tanto, debe repetirlo cuantas veces necesites. Finalmente, haga un guión del tema en un folio como máximo, y apréndaselo. Se dará gran seguridad en la exposición: viene a ser la fotografía del tema.
5.ª No se compare con nadie. Ni en la cantidad ni en la calidad de los temas. Tenga en cuenta que cada opositor es un mundo. Será el preparador el que le vaya señalando el ritmo adecuado para usted. Cada cual a su ritmo, al final todos llegarán al mismo puerto.
6.ª Sea regular. Habitúese a llevar cada semana el mismo número de temas, aproximadamente, dependiendo del número de vueltas realizadas al temario.
7.ª Hágase escuchar por sus compañeros, y escúchelos usted a ellos, a criterio de su preparador. Incluso pida que le escuchen distintos preparadores. De este modo, irá superando el natural temor a hablar en presencia de otros. Y escuchando a sus compañeros, entra en contacto con otros temas, oye lo que el preparador les dice y conoce sus vicios a evitar así como sus virtudes a imitar.
8.ª Grábese y escúchese, para corregir defectos, especialmente los latiguillos, muletillas, repetición de palabras o de frases, etc.
9.ª Aprenda a comenzar frases con locuciones tales como: «por otra parte», «asimismo», «de otro lado», «del mismo modo», «por el contrario», «igualmente», «sin duda», «ciertamente», etc. Muchos opositores no lo hacen, y de esa forma pierden fuerza retórica: no se ven los contrastes, no se aprecia la conexión de los argumentos, no se destacan las contradicciones, etc.
10.ª Evite decir el número de aspectos, puntos o características que luego vas a exponer, salvo que tenga seguridad absoluta. Lo que suele ocurrir es que se anuncia cierto número de puntos, pero luego no se dicen todos porque alguno se olvida, con lo que el opositor queda en evidencia.
11.ª Haga pruebas similares a las del examen. Debe hacer varias pruebas de resistencia exponiendo el mismo número de temas y durante el mismo tiempo que las que exige la convocatoria.